Hace unos días, concretamente el 19 de diciembre, se cumplieron diez años de la muerte del último trovador de Andalucía, parece mentira pero hace ya una década de la muerte de Carlos Cano, un poeta y cantautor andaluz que nos dejó constancia hecha poesía de multitud de hechos, personajes, sentimientos y quejas que formaron parte de su vida de buen andaluz.
Estas vivencias no solo se circunscribían a nuestro ámbito territorial, pues Carlos Cano encarnaba como nadie el lema de nuestro escudo Andalucía por sí, para España y la Humanidad. La sensibilidad de Carlos Cano le hizo preocuparse, desde los eternos problemas de Andalucía con canciones dedicadas a la emigración como Viva la grasia, A ver los barcos venir o El Salustiano; a la pobreza como La Miseria, e incluso dándonos un poco de caña con una canción bastante sarcástica como Las Murgas de Emilio el Moro, cuyo estribillo decía:
Espárragos, caracoles, taganinas de la Sierra.
Espárragos, caracoles, taganinas de la Sierra.
A manojitos los niños, venden por las carreteras.
A manojitos los niños, venden por las carreteras.
No sé por qué te lamentas en ven de enseñar los dientes.
No sé por qué te lamentas en vez de enseñar los dientes.
Ni por qué llamas mi tierra aquello que no defiendes.
Ni por qué llamas mi tierra aquello que no defiendes.
Si en vez de ser pajaritos fuéramos tigres bengala.
Si en vez de ser pajaritos fuéramos tigres bengala.
A ver quién sería el guapito de meternos en una jaula.
A ver quién sería el guapito de meternos en una jaula.
Con su canción La Metamorfosis retrató de forma magistral a todos los trepas que afloraron como hongos en la transición trás la llegada de la democracia.
Reivindicó cosas tan importantes para nuestra idiosincrasia y que por diversos motivos estaban bastante desacreditadas como: La copla o el legado musulmán de Andalucía con canciones como Reivindicación de la Copla, Kalam Garnata o Sonata de la Luna de Marrakesh e hizo despertar en nosotros el andalucismo cuando en la mitad de los setenta recorría junto a Manuel Gerena gran parte de Andalucía, con canciones como aquella inolvidable dedicada a la bandera andaluza titulada La Verdiblanca.
Su corazón y su inspiración nos dejó maravillosos poemas en forma de canciónes que nos hablaron de personajes andaluces desconocidos en ese momento como: Miguel de Molina, Elena Martin Vivaldi o el pintor José Pérez Ocaña; de personajes que si bien no eran andaluces de nacimiento sí lo eran de sentimiento como: el cura Diamantino García o Gerald Brenan; o de personajes del resto de España y del mundo, algunos de los cuales ni siquiera conocía personalmente, como: María Dolores Pradera, Jaume Sisa, Rigoberta Menchú, Lucrecia Pérez.
El internacionalismo que está presente en el lema de nuestro escudo le llevó también a expresar su opinión y lanzar sus quejíos sobre temas internacionales con canciones como: Tango de las madres locas (sobre la dictadura Argentina), Laila (que versa sobre una mujer argelina que tuvo que luchar contra los franceses en los sesenta y a la que los islamistas obligaron a exiliarse en Francia en los noventa) o Srebrenica donde nos cuenta los sueños del joven Edin Puzic después de las matanzas y destrucciones ocurridas en su ciudad durante la guerra de Bosnia que son recogidos por Carlos Cano en las siguientes estrofas:
Edin sueña que idea tan absurda que crecen sus piernas.
¡vuelve a caminar¡ imagina de nuevo la vida.
y va levantando toda la ciudad:
Una calle, una plaza, otra calle, el parque las casas.
La Universidad, cuando todo quede como antes.
Volverán sus padres, todos volverán.
También Carlos Cano le dedicó unos versos a un tema tan común ya en los noventa y que se ha acrecentado con el tiempo, la soledad, la soledad de las personas que viven rodeadas de gente y que refleja en su canción Abre tu balcón y estos son algunas de sus estrofas:
¿Por qué la gente esta trista y anda sola por las calles.
con la mirada sin vida como perdida en el aire?
¿Qué pasa en el corazón por qué no se quiere nadie.
qué planeta o que destino nos lleva a ninguna parte?
Y cuando todavía tenía tantas cosas que decirnos un nuevo aneurismo de aorta cortó de improviso su inspiración y su corazón, falleciendo el 19 de Diciembre del año 2000, que si nos pusiéramos en plan melodramático diríamos que se les rompieron estas dos cosas de tanto entregárnoslas en sus muchos poemas.
Estos poemas y su música, afortunadamente seguirán con nosotros para siempre, y los hechos y sentimientos que nos contaban están en la memoria de las muchas personas que lo admiramos y seguimos, pero como hay también que pensar un poco en los que vendrán detrás, hace tiempo que acaricio un deseo, que realmente es una utopía dada la infraestructura y la capacidad económica que se necesitarían para realizarlo y que no es otro que recopilar en un poemario todas sus canciones, pero que fuera un poemario ilustrado donde además de la canción propiamente dicha, que ya está en todos sitios, explicara el contexto de la historia, un poco de la vida de sus personajes y el por qué estos interesaron a Carlos hasta el punto de dedicarles una canción y por qué llegaron tan profundamente hasta el corazón de quienes los escuchamos en el momento de editarlos.
Ojalá este sueño pudiera algún día hacerse realidad a través de Coleopar Ceparia y si fuera inalcanzable para una editorial tan pequeña, que alguien con mas medios logísticos recogiera la idea y la llevara a cabo.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
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